Corte constitucional rechaza interpretar inmunidad presidencial

La corte desestimó el pedido del presidente del Congreso, José Williams, presentado tras la sugerencia de la fiscal de la Nación de que el TC interprete el citado artículo a la luz de una convención internacional anticorrupción que recomienda evitar la impunidad.

El TC argumentó que no absuelve consultas sino litigios, como denuncias de afectación a atribuciones de un poder del Estado por otro, por lo que sí aceptó analizar la denuncia del Legislativo sobre bloqueo de leyes u otras de sus decisiones.

El artículo 117 de la constitución peruana establece que un presidente solo puede ser acusado durante su mandato por traición a la patria, cierre ilegal del Congreso, no convocatoria de elecciones o bloqueo del funcionamiento de los organismos electorales, pero cualquier otro delito debe ventilarse tras su gestión.

La fiscal de la Nación, Patricia Benavides, que ha abierto seis investigaciones al jefe de Estado por presunta corrupción, sugirió la interpretación de la inmunidad presidencial al presentar una denuncia contra el mandatario por presunta corrupción.

La decisión del TC frustró la intención de Williams, un exmilitar de derecha extrema, de tener el aval de ese tribunal para forzar la inmunidad presidencial a fin de someter a un proceso judicial a Castillo y suspenderlo.

Sin embargo, señaló que el Congreso puede interpretar el artículo 177, lo cual celebró la presidenta de la comisión de Constitución del Parlamento, Patricia Juárez, de extrema derecha y quien dijo que Castillo debe dejar el cargo.

En los planes opositores está además destituir por una infracción menor a la vicepresidenta, Dina Boluarte, con lo cual la sucesión presidencial recaería en Williams, pese al abrumador rechazo social al Congreso, que en tal caso podría generar protestas.

Castillo sostiene que es objeto de un golpe de Estado de nuevo tipo, a cargo de la fiscal Benavides y de sectores del Parlamento y de los medios de comunicación.

Entretanto, la oposición continúa recogiendo firmas para una moción de vacancia (destitución) presidencial que solo presentará si cuenta con las rúbricas de dos tercios del total de congresistas, pues ha fracasado en dos intentos previos por falta de votos.

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